jueves, 30 de septiembre de 2010

El Servicio Cívico Voluntario y la inspiración de Cobos en Himmler

"El campo [...] es, sin duda, como toda privación de libertad, una medida áspera y dura. Trabajo productivo intenso, una forma de vida regular, una limpieza extraordinaria en la higiene personal y en las condiciones de vida, una dieta impecable, un trato firme pero justo, instrucción para poder volver a trabajar y oportunidades de adquirir un oficio, esos son los métodos de educación. Sólo hay un camino hacia la libertad. Sus hitos se llaman: Obediencia, Diligencia, Honradez, Orden, Limpieza, Sobriedad, Veracidad, Abnegación y Amor a la Patria"¨1
¿Quién lo dijo? ¿Julio Cobos? ¿Chiche Duhalde? ¿Negre de Alonso? No. Ninguno de estos senadores que votaron anoche el Servicio Militar Voluntario. Lo dijo Himmler en 1939, refiriéndose a la tarea que se llevaba adelante en los campos de exterminio ("de concentración") nazis. los argumentos y el lenguaje, aggiornado, se parecen bastante.
¿Para qué invertir en educación obligatoria, salud, trabajo y Asignación Universal por Hijo si se puede encerrar a los pobres en guetos y campos de concentración disfrazados con pátinas de lenguaje democrático? ¿para qué trabajar para garantizar que se cumpla la Constitución Nacional y la Ley de Educación Nacional si eso implica que estos potenciales delincuentes se mezclen en las escuelas secundarias con sus hijos de ellos, todos en igualdad de condiciones? Los jóvenes pobres son, en este esquema, potenciales faloperos y delincuentes cuyo único futuro es delinquir contra la propiedad privada sagrada y la vida (sagrada sólo  cuando es de la clase media y alta). Ya tendremos allí una fuerza de choque paramilitar para luego, como la Gestapo, eliminar a zurdos, homosexuales y  otros antisistema.
Después nos reímos del bizarro diputado Olmedo y su proyecto de volver a la colimba. El, al menos, no lo disfraza.


Algunos antecedentes (Alemania, década del 30)
Lex Lubbe: pena de muerte preventiva (ahorcamiento degradante posterior a una "digna" decapitación para delitos como secuestro o robo.)
Aumento del 2, 5 al 40 % de la pena capital.
Baja en la edad de imputabilidad.
Ley contra los Delincuentes Habituales Peligrosos y Medidas para su Detención y Mejora, para protegerse de infractores "potenciales".
Nota:
1) Burleigh, Michael, El Tercer Reich, una nueva historia, Punto de Lectura, México DF, 2008, pág. 347.

martes, 21 de septiembre de 2010

Herzog, de Bellow

"Si estoy chalado, tanto mejor, pensó Moses Herzog. Algunos lo creían majareta, y durante algún tiempo él mismo había llegado a pensar que le faltaba un tornillo." Así, incluyendo la traducción a la gallega, comienza la novela de Bellow, Herzog. 


Publicada en 1964, leo una edición de Ed. Debolsillo de este año.
El monólogo multifacético de este profesor e intelectual que acaba de divorciarse por segunda vez nos va llevando por los intrincados vericuetos de la mente, los recuerdos, las opiniones políticas y los amores, como si fuera nuestro propio fluir mental. Herzog escribe cartas imaginarias a sus amigos, parientes, colegas, psiquiatras  médicos, líderes políticos, escritores, tanto conocidos como extraños, sin resignar en ningún momento el sarcasmo y el humor un poco más sofisticado de un hombre absolutamente moderno. cerca de los 50 y desconcertado ante las mutaciones que le ha impuesto el engaño de la bella, neurótica e inquietante Madelaine, Herzog. Profesor de humanidades y filósofo, asiste como espectador crítico a su propio derrumbe, a la vez que no renuncia a mostrarnos sus secretos más íntimos. 
La escritura fluida y divertida de Bellow no disimula su valentía narrativa. Un escritor bien norteamericano, con todas las identidades del intelectual mundano, el filósofo judío con sus diletantismos y su constante capacidad para enamorarse de mujeres, que, como el mismo dice "comen ensaladas y chupan la sangre de sus esposos".
¿Está deprimido Herzog o es simplemente lo suficientemente lúcido como para registrar los aspectos trágicos y risibles de la vida? Después de todo, él mismo afirma: "Todo hombre nace para ser huérfano y para dejar huérfanos después de su muerte"

jueves, 16 de septiembre de 2010

Esos raros peinados nuevos en la Noche de los Lápices

Estoy por cumplir cuarenta y esa idea no me gusta nada. Me dicen estupideces acerca  de la experiencia y la sal de la vida, mi aspecto juvenil y que parezco menor, lo lindas que son las  mujeres de 40, boludeces.
Mientras espero una hora en la parada del Plaza de Lavalle y 9 de Julio, me distraigo del cansancio (y el dolor en las lumbares y las cervicales, la jaqueca, y una interminable serie de males atribuibles un 50 por ciento a la neurosis y la otra mitad a los años) escucho las conversaciones de los demás que esperan al insoportable colectivo del monopolio. Detrás mío, no los veo, un muchacho conversa con una chica. Ella le  cuenta que generalmente vuelve en auto, es estudiante de la sede de Moreno de la Universidad de La  Matanza. Dice que cuando se reciba tal vez busque un trabajo en Buenos Aires. El pibe le dice que en Buenos Aires se puede trabajar y estudiar, pero no vivir. No acá, al menos, y señala las columnas de estudiantes secundarios que en homenaje a los 34 años de la Noche de los Lápices y en reclamo al desastroso gobierno de Macri, marchan hacia el obelisco y cortan el tránsito.
Recuerdo los poquitos que éramos, allá por el 84, mi primer año en la secundaria, en La Plata, cuando organizamos la primera marcha por la Noche de los Lápices, con los centros de estudiantes. Un par de profesoras de Barrio Norte que daban clases en el Liceo les advertían a mis compañeras de cursos que las que estábamos en el centro de estudiantes podíamos terminar en un zanjón, como los "subversivos". Por suerte hoy ningún estudiante secundario se bancaría un discurso tan facho. Mi hijo marchó hoy en La Plata, con algunos compañeros del Bachillerato de Bellas Artes y al enterarme, desde mi distancia porteña, casi se me pianta un lagrimón.
Los de la cola en la parada siguen hablando. Una parejita le comenta a otra piba que toman el de Centenario porque sale más barato, pero luego hablan de un viaje a Brasil que hicieron en el verano. Y el pibe que no es estudiante sino que labura en una empresa, dice que toma el bondi todos los días y entonces está acostumbrado a los abusos de la empresa. Ambos viven solos, dicen. Me doy vuelta, distraída de la lectura de Herzog, de Bellow. Los que creía pibes tienen treinta y algo. Son más jóvenes que yo, pero no tanto. Viven solos, laburan y estudian en Buenos Aires, no tienen hijos, pagan alquiler pero tienen auto, se ahorran $ 1, 50 a costa de tardar media hora más y viajar parados pero veranean en Brasil.
Estoy mayor. Pertenezco a otra generación y me doy cuenta que no es exclusivamente un tema cronológico. Pienso más en el día a día. No me banco más viajar parada. Prefiero vacacionar en un cámping en la costa Atlántica y tomar un buen vino a la noche de cada noche de cada jornada. Muero por volver a casa porque quiero estar un rato antes que mi hijo se vaya  a dormir. Y eso es porque tuve un hijo cuando la mayoría de los de mi generación hacían posgrados, o viajaban por el mundo o producían magníficas obras artísticas o  aún vivían con sus viejos o compartían alquileres con amigos. Hacían carrera. Yo ganaba el mango como fuera, con cero glamour, pero en casa había peluches, chupetes y pañales. Chau recitales, pero sí VHS de Dumbo y Pocahontas. El cine pasó a ser una larga cola para películas infantiles y no una escapada con amigos o novio; la cena perfecta un Mc Donalds y no un restaurante gourmet; las prioridades, la bici con rueditas y no el posgrado.
No termino de darme cuenta de si estoy vieja o si me equivoqué de generación. Pero aún así, vuelvo a la lectura de Bellow porque me cuesta entender que estoy haciendo la cola con gente que es apenas cuatro o cinco años más chica, pero nos separan algunos pequeños pero profundos abismos.
Los de la parada ven a los estudiantes marchar y piensan en que el corte los demorará una hora más en llegar a sus casas. Y yo pienso que tengo un hijo que marcha con sus compañeros, como hice yo por primera vez sin mis padres, hace más de veinticinco años. Los de la parada que me parecían tan jóvenes en lugar de peinados punck, llevan melenitas con planchita o cortes modernos pero onda yuppie. Estos raros peinados nuevos. Qué aburridos.
Ser burgués, dice el personaje de Bellow, es pensar que el universo existe para nuestro bienestar.
Y los lápices, dicen los pibes, siguen escribiendo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Pena de muerte a sangre fría

 ¿Con qué autoridad los gobernantes de países donde es legal la pena de muerte por medios más "modernos", que llegan a la perversidad de transmitir en directo por todos los medios la agonía de los condenados, se escandalizan por la lapidación de una mujer iraní

Por suerte vivimos en un país más desarrollado y entonces sí tenemos esa autoridad moral para repudiar ambos sistemas legales de asesinato.

De los 191 países miembros de la ONU, 60 mantienen la pena de muerte. se habla mucho de China e Irán, pero un poco menos de las "gran democracia liberal", donde 38 de los 50 estados federados incluyen en su legislación la pena de muerte, que suele recaer en negros, latinos y pobres. "Un estudio de 1987 publicado por la Stanford Law Review descubrió que al menos 350 personas habían sido erróneamente declaradas culpables de crímenes  potencialmente capitales entre 1900 y 1985. De esas personas inocentes, 130 fueron condenadas a muerte, y 23 fueron ejecutadas."  También matan niños con este sistema legal. ("Los Estados Unidos son uno de los cinco únicos países del mundo -los otros son Arabia Saudí, Irán, Iraq y Yemen- que desde 1990 han ejecutado a presos que tenían menos de 18 años en el momento del crimen. Están a la cabeza del mundo en la ejecución de niños.")  

corredor de la muerte
Eso, sin meternos con la Ley Patriótica, que legitima la tortura, el secuestro y asesinato de cualquier persona considerada "sospechosa" por los servicios de inteligencia de la gran democracia del Norte y al parecer, será prorrogada con la anuencia de Obama y los congresistas (ver http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=93853)

viernes, 3 de septiembre de 2010

La clarinización y la impostura de la ingenuidad

I- Un sesgadísimo panorama mundial.
La historia de la humanidad es, ya se sabe, la historia de la lucha por el poder y la gloria, o de la economía y la política, si en lugar de hacer un juego de palabras con la novela de G. Greene (1940) lo hiciéramos con el ensayo de Agamben El reino y la Gloria (2008). 
Es la historia de la injusticia. Es también, diría Marcehal (Autopsia de Creso, 1966),  la historia de un Ayax (el soldado, la función de garantizar el orden, la defensa y la justicia temporales), un Tiresias (el sacerdote, el puente hacia el "destino sobrenatural" del hombre) y luego, con un rotundo y hegemónico triunfo sin precedentes, de un Creso (el orden burgués moderno, con la función de producir y distribuir la riqueza) completamente fuera de sí, sin límites. Todos jodiéndole la vida siempre a Gutiérrez, el trabajador.
Y si al al triunfo del “hombrecito económico” le agregáramos nuevos elementos de análisis, tales como la revolución tecnológica y el imperio (global) de la sociedad de la información, nuestras viejas categorías de democracia, ciudadanía, derechos, justicia social, parecen insuficientes sino se las adjetiviza un poco.
En el mundo de hoy millones de seres humanos en todo el planeta enfrentan día a día el viejo desafío de sobrevivir al hambre y a condiciones climáticas adversas, agravadas por el caos y desequilibrio impuesto al ambiente por el modelo productivo capitalista (Creso); millones de seres humanos sufren los efectos devastadores de la guerra y los desplazamientos obligados de sus tierras; millones de seres humanos padecen enfermedades cuyas cuasas se encuentran mayoritariamente en las condiciones que crea y recrea el propio sistema.
En gran parte de Occidente vastas regiones y poblaciones, paralelamente, hemos entrado de lleno en la sociedad de la información. La anhelada condición de ciudadanos y trabajadores, que implica ser sujetos de derechos (sociales, políticos y económicos) de naciones libres, independientes, soberanas y democráticas, ha sido reemplazada por la condición de productores y consumidores.
Dicho sea de paso, la crisis última, causada ya no por la emergencia de un nuevo modelo político- productivo nacional asociado con la emergencia en el poder de un liderazgo político expansivo, sino por la especulación financiera originada en las mega corporaciones transnacionales, ha sacudido los cimientos de la Unión Europea y los Estados Unidos de Norteamérica, con consecuencias aún no previsibles. No pocos ciudadanos europeos, orgullosos de sus social-democracias y del orden establecido post Consenso de Washington, comienzan a dudar de los beneficios de sus formas de organización político-social.

II- Consume, consume, no pienses, produce, produce, no sientas. No mires al sur, ni al costado, ni al este
El mantra que constituye el soma occidental, la religión de Creso: consume, consume, no pienses, produce, produce, no sientas. No mires al sur, ni al costado, ni al este. No sea cosa que al pensar, al observar, esos los miedos potenciales, fundados e infundados, hacia el mundo bárbaro - terroristas islámicos, africanos sidosos, lationamericanos retrasados y populistas, incultos eslavos, mafiosos rusos, y más allá, el temible poder amarillo-encuentren sus raíces en razones políticas fundadas. No sea cosa que descubramos que los monstruos que engendra la injusticia del deber ser y hacer de la sociedad de consumo capitalista y global se materialicen.
El Poder y la Gloria no está en Dios ni en los dioses, ni en las utopías revolucionarias de mundos en paz y justicia; ni en la construcción de naciones en las que la soberanía sea ejercida por el pueblo, como comunidad de sujetos de derechos. Todos esos modelos requieren legitimarse por medio de una inscripción en la historia y una conciencia (individual y colectiva) de pertenencia, de clase, una identidad. El Poder y la gloria es hic et nunc, es la sociedad de consumo, cuya liturgia y ritual es expresada en los medios de comunicación dominantes.Esa la gran hora de la ingenuidad.

III- Nosotros, Creso
Por acá tenemos la sociedad tinellizada y clarinizada Es nuestro soma. Aburridos un poco, o más bien acostumbrados, del culo, la teta y la burla del desposeído (desposeído de su riqueza, de sus derechos, de sus atributos de “belleza estándar”); asustados en nuestras aspiraciones burguesas (¡qué palabras demodé hay que reutilizar a veces!) o clasemedieras post 2001, admitimos volver a darle lugar a la política.
No sin la tradicional cobardía que nos caracteriza, dijimos “que se vayan todos” sólo cuando más de la mitad de nuestro pueblo se estaba requetecagando de hambre mientras nosotros asístíamos a la fiesta menemista tinellizada y clarinizada y a los postres, la Alianza.
La mayoría no se fue.
Pero como el lema es el hic et nunc, no queremos ni oír hablar del pasado ni del futuro. Testarudos, ofuscados u ocupados al reinstaurarse muchas de nuestras posibilidades de consumo, jugamos la carta de la ingenuidad.

IV- Esa carta supone:
a) Un discurso con un fuerte contenido de ideales que ignoran su procedencia.
Decimos palabras como institucionalidad. ¿Qué es eso?
herramientas de la institución inquisidora
El régimen colonial esclavista de las potencias anglosajonas tuvo su institucionalidad. También la tuvieron el imperio inquisidor español, el estalinismo y el nazismo, por mencionar algunos regímenes que ya no gozan de prestigio alguno.
En consecuencia, no quiere decir nada.
Si decimos institucionalidad republicana, ya estamos siendo más precisos. ¿Pero de qué república hablamos? También hay república sin democracia real, con ciudadanía restringida. Por ejemplo, la república sin voto femenino. O la república con peones rurales explotados llevados a votar por el patrón estanciero al candidato conservador de turno. O la república del "demócrata Illia”, con el 60 % por ciento del pueblo proscrito.
Decimos institucionalidad republicana y democrática y ya vamos arrimando el bochín. Pero para que una sociedad sea más que una democracia formal, debe haber igualdad de derechos. Estamos construyéndola, en tal caso, porque mientras haya argentinos sin acceso a la vivienda, al trabajo digno, a la educación, a la salud, etc, no habrá democracia real.
Y para llegar a eso, algo tiene que cambiar, alguien tiene que perder poder, y eso trae conflictos. Que, justamente en una democracia real, se resuelven en instituciones democráticas reales, con peleas, con conflictos, entre los adversarios (diría C. Mouffé) que se enfrenten al defender sus intereses.
¿Alguien piensa seriamente que va a ir a decirle a algún empresario que evade fortunas de impuestos y explota a los trabajadores, a algún funcionario del poder ejecutivo, judicial o legislativo que afana fortunas del Estado o elude sus responsabilidades, a alguna transnacional que desangra a nuestros pueblos: bueno, mire, se acabó. Tenemos una Constitución y unas leyes que cumplir, y se va a quedar cruzado de brazos? ¿Alguien piensa que para llevar adelante ese tipo de políticas no hay que construir mucho poder, no hay que estar dispuesto a las reacciones más heavys de nuestras acciones? ¿No es un poco ingenuo, por no decir cínico, creer que este tipo de acciones pueden ser ejecutadas por personas amabilísimas, cordiales, formalísimas? En esta foto, nos guste o no, va mejor el "polémico" y siempre adjetivado Moreno. (que es Guillermo)

Seguridad jurídica
Nos dicen que no hay seguridad jurídica porque todo el tiempo cambian las reglas de juego. ¿Qué es eso? ¿Si las reglas jurídicas son las estables reglas represivas de la dictadura, las estables reglas de la libertad de mercado sin Estado, hay seguridad jurídica?, ¿estaban seguros los trabajadores despedidos y desposeídos de sus derechos con la flexibilización laboral menemista o la de el De la Rúa y el Senado de la Banelco? ¿Son seguras porque son inmutables o son seguras porque resguardan derechos? ¿Y derechos de quiénes?

Libertad de prensa
Guantánamo
¿Libertad de prensa es solamente que todo aquel que tenga el suficiente poder económico para financiar un medio de comunicación pueda decir lo que piensa o es también que todos los ciudadanos tengan disponibles a los medios para expresarse?
¿Puede escindirse este derecho constitucional del derecho a la información?
¿No es la razón de ser del Estado, en su sentido más clásico, regular estas relaciones para garantizar ambos derechos a todas y todos los habitantes?

b) doble estándar moral
Pagamos el crédito del coche nuevo, mandamos a los pibes a escuelas privadas (muchas incluso con subsidio estatal), explotamos a alguien que nos limpie la mugre en casa, pero nos indigna que el Estado se manifieste mediante el cobro de impuestos, multas por exceso de velocidad, o nos obligue a blanquear a las trabajadoras domésticas.
Nos parecen excesivos los aportes que pagamos a la seguridad social e injusto que cobren jubilaciones los que no aportaron. No nos preguntamos por qué millones de trabajadores en negro que estaban afuera del sistema tienen que tener los mismos derechos que nosotros. ¿Creemos en el fondo que somos todos iguales o somos más ciudadanos porque tuvimos mejores condiciones?
Queremos mejor educación pública, pero eludimos la pregunta de cómo se financia cuando defendemos bajar los impuestos a los productores y empresarios que exportan bienes producidos en tierras y con trabajo argentino, como hace el resto del mundo. Tampoco nos preguntamos si esos sectores pueden exportar porque hay un Estado que construye rutas, mantiene un modelo macroeconómico que permite esos intercambios comerciales o realiza acuerdos internacionales que lo posibiliten.
No queremos que nos hablen de cómo se generó la deuda externa, ni cuánto hemos pagado o cómo o a quién. Ni como imaginar el futuro de nuestro país cuando nos hayamos liberado del todo del yugo de la deuda.(ampliar: http://comunicacionpopular.com.ar/el-lado-oculto-de-las-reservas-por-walter-graziano/)
En 2003 pagábamos, sólo de intereses, el 6 % del PIB. Esa es la inversión que hoy hacemos en educación. De intereses, hoy pagamos el 2 % del PIB.

V- En cuanto a Papel Prensa
Puede ser un interesante ejercicio intelectual debatir porqué el Gobierno toma estas decisiones ahora y no lo hizo antes. Un ejercicio interesante y también, en ciertos aspectos, algo masturbatorio. 
Por mi parte, no puedo dejar de sentir orgullo de una Presidenta que avanza en esta decisión.
Hay límites a los que ni con el humor me permito pasar.
Defiendo que seres deleznables que han cometido delitos aberrantes de lesa humanidad tengan debido proceso y vayan en cana hasta que se mueran, sin que los secuestren, los torturen o se violen sus derechos.
Me importa un carajo quién fue antes o después de la dictadura cívico-militar Lidia Graivier u Osvaldo Papaleo, si ese conocimiento me va a llevar a justificar la tortura, el asesinato y el genocidio. No es un tema de relatos, ni de documentos, ni de interpretaciones. Es un tema de principios.
El que usa esa clase de argumentos, aún escudado en la ingenuidad, es el que hace posible la existencia de  Guantánamo, de la Esma, de Aushwitz, del Olimpo.