domingo, 6 de septiembre de 2015

Puro fuego, confesiones de una banda de chicas, de J. C. Oates y un poco más

"Somos incapaces de notar las cosas que nos unen al nivel más profundo.
A menos que nos las arrebaten"
(Joyce Carol Oates, Puro Fuego)*

I. Corazones
Mientras me recupero de una intervención quirúrgica, paso unos días "desconectada" de esa suerte de chip interno que la sociedad de la comunicación ha conectado a nuestras vidas, para que toneladas de información acerca del afuera -y sobre todo, de trabajo- ingrese a diario a nuestros interiores, difuminando los límites espaciales  y temporales; afectando nuestras subjetividades vaya a saber en cuánto modos, muchos lo analizan...
Conectada a mi cuerpo, a mi corazón. 
Creo que hay supernovas estallando en nuestros corazones, creo incluso que esto es una metáfora, y también es apenas una descripción objetiva.
Leo  Puro fuego. Confesiones de una banda de chicas, de Joyce Carol Oates. Ambientada en los cincuenta, en plena crisis de la sociedad patriarcal norteamericana de posguerra, en un pueblo de trabajadores sindicalizados, Hammond, cuenta la historia de de una banda de adolescentes empujadas por el abandono familiar y de los adultos a los márgenes de la delincuencia juvenil. La banda es liderada por "Legs", Margaret Sadovsky, creadora de la hermandad secreta Foxfire, y la historia es narrada por la cronista del grupo, Maddy. Además hay personajes como sus amigas Lana, Rita, Goldie, Violette y muchas más. Es un mundo donde reina la violencia, la crueldad, la injusticia, y la infinita ambición de poder del poder. El mal que todo el tiempo confronta al ser humano con su versión más salvaje, más sádica...Los temas de esta escritora. Los temas de la sociedad contemporánea y del corazón del ser humano.


II: Tejidos y carne
Tenemos tejidos quemados en un nodo del corazón: los médicos hoy "arreglan" así las fallas en el sistema de conducción eléctrico que hace funcionar esa extraordinaria bomba que es el corazón, es algo que si una lo piensa mucho povoca vértigo, esta precisión, este saber, esta evolución al cuidado de la vida, que convive con sofisticados y tecnologizados métodos de violencia y guerra . Es imposible no hacerse ciertas preguntas, añorar esa idea de perfección presente en todas las formas de Dios que los humanos somos capaces de comprender, incluso, los que dudamos.
Somos preguntas  -aunque algunos se empeñen en creer en que somos certezas- y somos carne. Encarnados.
Todo lo nuestro al final se expresa y se manifiesta con sangre, semen, excremento, orina, lágrimas, fluidos vaginales, saliva.
Moléculas que forman células que estallan, células cuyos ADN empiezan a comportarse de manera atípica y crecen y se alimentan a velocidades increíbles y muy superiores a las del resto de los órganos y tejidos....células colonizadoras, invasoras, agresivas. Crean tumores, los ramifican y acaban con nuestras amigas, que eran parte de nuestros corazones; acaban con sus vidas y todo el sentido de nuestro mundo se puede desmoronar de repente. 
Ellas traspasan un umbral....
Nosotras seguimos intentando hablarles, verlas, tocarlas, pero ellas  pasan a esa suerte de eternidad que es nuestra memoria y con las que solamente podemos hablar, si tenemos suerte, en nuestros sueños.
Quedamos ahí, como en una canción de Bob Dylan,  "Knockin' on Heaven's Door".

III Pandillas de la infancia
Y nos damos cuenta hasta que nivel profundo estamos unidas a ellas, como "las hermanas de Firefox" de la novela de JO Oates; como a esa pandilla que armamos en la infancia o en la frontera de la adolescencia, con esa candidez que mencionaba L, que nos lleva a cometer todo tipo de errores, a exponernos por demás sí, pero también con esa fuerza del deseo, con ese hambre, con ese fuego de vivir y terminar con toda la maldad y la injusticia que nos rodeaba,y con la falta de amor. 
Cuán profundamente unidas, nos damos cuenta ahora que nos las arrebatan.
Sus almas son llamas que arden tan intensamente.
Por eso entro a la novela de JCOates como si entrara a mi casa, o a la casa una de mi amigas del alma: a la casa de E, la mamá de D, con L, con F; entro del mismo modo que si hablara con L de eso,  o con P; o con Z, o con A, que se recuesta al lado mío en mi cama de convaleciente y me cuenta el final de su perro, con ese amor que ella le pone, y ese compromiso que tiene ahí, que también arde.
Y me iría por ahí con todas, escuchando como las chicas de Firefox, a Rosemary Clooney en el auto...
Como entraba al cuarto de D, antes de abril, con un libro o una película en la mano, pero sobre todo, así, con la llama encendida y sin especulaciones, esas especulaciones que pertenecen a otra clase vínculos humanos, y que no tienen nada que hacer en genuinas amistades que son como las pandillas de adolescentes.
Unidas para enfrentar las injusticias y los dolores del mundo adulto: de las familias que se desmoronan; de las fábricas que echan trabajadores; de las escuelas que rechazan a los chicos y chicas "problemáticos", aunque sean ellas mismas (las familias, las escuelas,la sociedad adulta) las que generan todos esos conflictos.
Ayer se los acusaba de delincuencia y prostitución, de ser pibes y pibas chorros, promiscuos...Hoy también a esos niños les endilgan todo tipo de sayos psiquiátricos, como manchas y estigmas: son chicos con déficit de atención, con trastornos de conducta, con ataques de pánico...Como si el sistema, como si la sociedad adulta, sus padres, sus maestros, sus médicos, sólo pudieran  diagnosticar, medicar y sentirse culpables...

IV. El fuego que fuimos
Ahora, vemos como chispas en el brillo de los ojos de otra amiga su fulgor, ese fuego que fuimos con ellas que ya no están,  como las chicas de Foxfire, la novela de JCOates, ardiendo.
Nos queda el lenguaje, las palabras. Aquello que nos sirve para mentir, para consolarnos, para conectarnos humanamente, para herir.
A veces los arrebatos los provoca la Muerte.
A veces, son otras formas de violencia.
Y están las traiciones, esas desilusiones que son como pequeñas muertes, esas defecciones que son como llamas que se apagan, y no iluminan más.

V.Mientras tanto el mundo escupe odio
Mientras Europa y "el mundo" civilizado", "democrático" (dispuesto democratizar casi todo menos la riqueza, como dice JPFeinmann), humanista, occidental, se horroriza ante la foto de un niño asesinado por la codicia capitalista. Con todas las explicaciones y complejidades de medio, en el fondo, la razón es esa, todos los saben, todos lo sabemos, sobre todo los ricos: la codicia. Es la codicia que inventa guerras para vender armas, sobre todo, pero también para realizar toda clase de  negocios.
Por eso nadie quiere a estos refugiados que incomodan: ni los gobiernos de sus supuestos hermanos en los países musulmanes,  ni mucho menos Europa. Por más que disimulen Austria y Alemania dándoles asilo a los que rechaza Hungría. Mientras los ricos sigan vendiendo armas y creando pobres, habrá guerras y emigrantes, refugiados. Cristianos, musulmanes, judíos, agnósticos, budistas, hindúes, todos tienen algo en común: son los pobres, los oprimidos.
Y eso todos lo sabemos.
Lo saben las chicas de Foxfire, la novela, lo saben en los años cincuenta, en la sociedad norteamericana, lo saben en sus carnes humilladas y perseguidas de niñas y adolescentes, lo saben los niños y niñas de todo el mundo. No hay que ser, digamos, Doctor en Harvard ni un sociólogo eminente para entenderlo.
Por eso el rechazo de las corporaciones económicas y sus representantes políticos a los gobiernos populistas latinoamericanos, que intentan ponerle algún límite a la codicia de estos capitales  transnacionales desde los Estados.Los Estados que en los países ricos ya son en general apenas títeres de las corporaciones.
Vírgenes suicidas (1999)
Lo sabe, incluso tal vez antes que la política, el arte desde hace décadas, y también las religiones. Por eso el arte y las religiones son también  reabsorvidos por el sistema, deglutidos, como si los engullieran esas madres pájaros que luego le regurgitan a sus pichones: una versión aceptable del alimento para que ellos consuman, sin encenderse, sin que el fuego de la resistencia y la lucha pueda arder en los corazones.

Corazones, electricidad, calor, fuego.
¿Será por eso la idea marxista de la lucha de clases ya no está casi presente en el discurso de los dirigentes  de la supuestas izquierdas, que son como versiones de liberales culposos? Hombres y mujeres que se saben confortablemente entregados al orden burgués, que no tienen ninguna intención seria de subvertirlo, que solo quieren pertenecer a este orden, y gozar de sus privilegios, pero.... desde ya, sienten un poco de remordimiento, espasmos moralizadores; se sienten mal cuando los niños sirios mueren ahogados en la orilla, cuando los hijos de sus empleadas domésticas, o de niñeras, o cocineras, o empleados de sus pequeñas empresas no pueden acceder a la salud o a la educación...¿pero renunciarían de verdad a sus propiedades y beneficios cuando ni siquiera están muy dispuestos a pagar sus impuestos?
Apenas, dedos acusadores contra los gobiernos populistas: que no son revolucionarios ("apenas tranformadores", se quejan). ¿Puede el ser humano organizar una sociedad tan diferente a su praxis? ¿Acaso la política puede resolver algo real, algo que cambie la vida de las personas, si  se la piensa como hecha sólo de ideas y no de la materialidad del ser humano, que es contradictorio, y egoísta, miserable, y ambicioso, y está lleno de conflictos? Crudo realismo. Se quejan de que estos gobiernos no cambian el modelo productivo, o que no atacan al corazón (otra vez el corazón) del sistema, como si el mundo y el ser humano fueran otros....Como si alguno/a de nosotros supiera cómo tomaríamos el poder y qué haríamos....con los millones de trabajadores que quedarían en la calle si cerráramos las fábricas que contaminan, las minas, si llegara en el mundo la hora de los pueblos, la revolución;...qué haríamos...y qué clase de mundo vendrá cuando esos millones de sirios, de nigerianos, de bolivianos, de paraguayos, de mexicanos, de somalíes, de  pobres; esos pueblos que luchan no sólo en nombre de la igualdad o la justicia, sino en nombre de Dios, que luchan guerras santas; esos que creen en cosas tan diferentes a las que nosotros creemos; todos esos diversos ejércitos de pobres, de otros, esas bombas humanas que interpelan al sistema desde adentro, desde las fronteras, al totalitarismo que es la democracia occidental...
Cuando todo esto estalle ...
  
VI Y aún tenemos un hogar
[Sería muy largo de explicar, algo extraordinariamente bueno sucede acá, en esta América del Sur, en Argentina, algo que genera alguna clase de esperanza. Algo que el kirchnerismo, por ejemplo, ha hecho posible, como antes ya lo hizo el peronismo; algo que es que millones de desclasados hayan vuelto a ser trabajadores, a enviar a sus hijos a estudiar, a poder acceder a la secundaria y la universidad; a tener cloacas y agua potable; a poder ser asistidos en el sistema de salud pública, a ver espectáculos culturales buenos (de arte, fútbol, etc); a comprarse pilchas lindas, ser ciudadanos tener derechos, no estar toda una generación al margen del sistema o cryerendo que la única ética posible es la de los negocios, la ética protestante al servicio del capital; una generación condenada a la delincuencia como forma de supervivencia; eso, crear y creer en un nosotros, como la banda de Foxfire, aunque falte mucho, muchísimo, es mucho más de lo que tiene la mayoría de la humanidad, gobernada por bestias. ]**

VII "Como si el mismo Cielo fuera otra de sus propiedades"
Mientras millones de seres humanos son sometidos a diario a toda clase de humillaciones, de explotación, de torturas, de vejamenes, en especial los más débiles, es decir, los más pobres, y de entre los más pobres, las mujeres y los niños, y los más negros; mientras los ricos calman sus ansiedades y sus conciencias con la religión y sus sucedáneos actuales (porque hay que ver que los ricos, como dice un personaje de Joyce Carol Oates en Puro Fuego) no sólo son los dueños de las fábricas; no sólo se quedan con el beneficio del trabajo de miles de oprimidos, no sólo son los dueños de las propiedades y las riquezas y las reglas de juego de la democracia y la economía, sino que también se han apoderado de Dios.
Y entonces los pobres ya no tienen ni siquiera ese consuelo. "No les basta con tener varias fábricas y miles de seres humanos empleados, este hijo de puta tiene también a Dios. Como si el mismo Cielo fuera otra de sus propiedades" (Oates, 2008: 428)
Un Dios de los pobres, ya fuera el Cristo resucitado, el San Francisco, la Madre Teresa, un Jehová o un Mahoma que prometen tierras y paraísos para los oprimidos, o Budas que dicen que la calma y la paz está en nuestros corazones; no.
Nada de eso. El Dios que los ricos han construido para los pobres es un predicador televisivo que vomita certezas que parecen dictadas por una máquina de escupir frases políticamente correctas, de autoayuda o fantoches pseudo evangelistas amigos de otros ricos que dan espectáculos masivos en las grandes ciudades, de la mano de los líderes  políticos de sus socios ricos, ya sea un Macri, un Donald Trump o Angela Merkel, quien fuere.
Ya ni eso.
Aunque haya un Papa latinoamericano y peronista que puede peligrosamente encarnar para millones de sus coterráneos, para muchos pobres, una idea de liberación, una idea emancipadora...Porque "Cuando los oprimidos de la Tierra se alzan, imponen su propia ley", dice el Padre Thierault en la novela, que es un cura que ya no es cura, un cura que se ha convertido en borracho y vagabundo, un amigo de Legs, la capitana, la líder de Foxfire, la pandilla de chicas de esa "white trash", de esa basura blanca, las hijas de los trabajadores que se convierten en borrachos y golpean y violan a sus mujeres, a sus hijas, las humillan, las miran como "lobos que persiguen a sus presas", como los miran y los tratan a ellos  los patrones ricos, que después, entre los de su clase, son un dechado de buenos modales.
Todo eso se aprende rápido si una es, por ejemplo, una "delincuente juvenil reformada" en una institución autoritaria y represiva como es el caso de algunos de los personajes de Puro fuego, en los años cincuenta, en ese pueblo de Hammond, donde la familia también es una institución de la que solo los ricos gozan, para los pobres está hecha de padres muertos en alguna guerra, en el frente, sin tumbas, allá, en algún lugar de Bélgica, supongamos....De madres prostituidas, o entregadas a toda clase de adicciones, o muertas en abortos clandestinos, o molidas a palos cuando la juventud y la belleza ya no es la coraza que puede protegerlas...
De es está hecha la vida humana, pero también de amigas, y de perros fieles, y de sueños de liberación.

 VIII Como en el cine, como en las series
Esas mujeres como las Vírgenes suicidas de Sofia Coppola (1999) o Inocencia Interrumpida, como las de las series actuales: Orange is the new black o True detective, -por eso podemos saltar de una canción de Rosemary Clooney a una de Regina Spektor-toda esa basura que vomita la exitosa sociedad norteamericana; pero también Europa, eso que acá los cipayos no quieren ver, nadie quiere ver el interior de la Bestia, el precio a pagar....


* Puro Fuego. Confesiones de una banda de chicas (1993), Punto deLectura, Buenos Aires, 2008. 
**  "Lo que nuestra filosofía intenta restablecer al emplear el término armonía es, cabalmente, el sentido de plenitud de la existencia. Al principio hegeliano de realización del yo en el nosotros, apuntamos la necesidad de que ese «nosotros» se realice y perfecccione por el yo.Nuestra comunidad tenderá a ser de hombres y no de bestias." (Juan Domingo Perón, la comunidad organizada, 1949, en http://www.filosofia.org/mfb/1949a128.htm, consultado septiembre 2015)